Lactancia materna en lugares públicos

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Por Dayenú Villagra

Durante las últimas semanas, me ha llamado la atención que en diversos medios de comunicación se ha estado conversando sobre la lactancia materna en lugares públicos. Digo “me llama la atención” porque para mí no tiene nada de extraño, ni escandaloso ver a una mujer amamantando a su bebé (y por lo tanto, que este tema se discuta). Sin embargo, hace unos días escuchando un matinal, me di cuenta que esto que parece tan común y normal para mí, para algunos hombres -y lo que es peor- para otras mujeres, sí puede llegar a ser un tema complejo. Esto pese a que los beneficios de la lactancia materna son conocidos  y reconocidos por especialistas y organizaciones como la OMS, CONALMA y el Gobierno de Chile.

La discusión surgió a partir de un video que se viralizó en redes sociales en el que una madre acusó ser discriminada en un restaurant por alimentar allí a su bebé de un mes, teniendo que terminar esta actividad en una plaza. De este modo, cabe preguntarse: ¿Las mujeres deben o no amamantar en lugares públicos? ¿existe una manera indicada para ello?

Buscando información sobre el tema, leí  comentarios de chilenas que dicen sentirse incómodas al ver a una mujer amamantando a pecho descubierto, como si se tratara de algo inmoral. Otras en cambio, utilizan frases como “no cuesta nada ponerse un pañito”; muy preocupadas justifican lo anterior como una manera de prevenir que los hombres “desgenerados” que pudieran estar observando el acto se “pasen rollos”.

Más grave que la lactancia materna en lugares públicos, me parece que ésta no se haga…que un bebé pase hambre y no pueda  alimentarse cuando lo necesite  por una razón tan absurda como la morbosidad de la gente.  Creo que cada mujer debe amamantar donde lo requiera sin que nadie tenga porqué sentirse ofendido, ya que es un acto que es parte del ciclo natural de las personas y que todos necesitamos cuando nacimos.  Otra alternativa que podría considerarse para quienes necesitan más intimidad, es habilitar salas para ello en lugares de acceso público, tal como ocurre en países como Hong Kong y así no tener que hacerlo en el baño de un Mall, como sucede –lamentablemente- en muchos casos.

Cada mamá es libre de congelar la leche y utilizar la mamadera, de amamantar en su hogar o en una banca de la plaza, de taparse o no si lo desea; finalmente, no todas somos iguales, pues existen mujeres pudorosas y otras que no lo son tanto (así como no todas nos cubríamos o destapábamos en los camarines, después de la clase de educación física). Sin embargo, si una mujer es más pudorosa no es un motivo para criticar a otra que sólo está cumpliendo una hermosa tarea y el DERECHO que su bebé tiene de alimentarse cuando lo necesita en una etapa en que éste depende 100% de su progenitora. Ahora bien, si existen hombres que se “pasan rollos” con eso, es algo con lo que no tenemos porqué cargar las mujeres. Ni mucho menos, los hijos.

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